VIENTO DE FURIOSO EMPUJE

VIENTO DE FURIOSO EMPUJE
Alegoría de la batalla de Guadalete, julio de 711 - Autor del lienzo: J. M. Espinosa

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Kairuán

Kairuán fue la capital del emirato de Ifriqiya (África menor), una provincia del Imperio omeya que comprendía diversas regiones, entre ellas el Magreb extremo (hoy Marruecos), con Tánger como capital del valiato. En la imagen, vista parcial de la gran mezquita, cuya construcción se inició en el 670.

   Los siguientes párrafos han sido extraídos del capítulo X

   Provistos de una escolta reducida que Abdelaziz creyó apropiada, partieron al amanecer hacia Kairuán. Con las cabalgaduras al paso, dándoles algún trotecillo ocasional para desentumecerlas, avanzaron a buen ritmo durante tres jornadas. Mediada la tarde del cuarto día de marcha, con la ciudad ya a la vista, les salió al paso un escuadrón de lanceros cuyo jefe reveló que había sido enviado para realzar la entrada de Abdelaziz y su noble invitado.
   Al reemprender la marcha, Yunán miró a su amigo, le hizo un guiño disimulado y articuló una frase de lo más oportuna:
   -No te lo dije, nadie llega a ciertos cargos descuidando los detalles.
   Yunán rió a gusto al ver la expresión del rostro de su amigo, donde se reflejó un gesto de alivio al que siguió una frase no menos descriptiva:
   -Sí, menos mal que has venido. ¡Vive Dios de la que me has librado!